Asia es el continente más grande de la Tierra, con un 60% de la población mundial y un 30% de las tierras emergidas. Y en la periferia de su enorme meseta se levantan las mayores cordilleras del planeta, desde el Himalaya hasta el Pamir: el “Techo del mundo”. Además es cuna de las mayores civilizaciones y hoy en día, el hogar de innumerables culturas, idiomas y creencias religiosas. Un punto de partida y llegada en sí mismo.
El viaje que planteamos no sólo es un reto para nuestros “yo” de la infancia, que aún tiemblan al leer “Asia” e imaginar su bastedad. Es anhelo para nuestra curiosidad, prueba para nuestras piernas y deseo para nuestra voluntad. Es una aventura con la que dos amigos de Higuera de la Sierra (Huelva) seguirán indagando en la vida y sus profundidades. ¿Cómo se agradece a quien te cobijó de la tormenta? ¿Cómo se despide a quién te abrió su casa? ¿Cómo se mira a quién te sonríe desde el polvo? ¿Cómo das los buenos días, cada mañana durante siete meses, a tu gran amigo? Las respuestas a estas y otras innumerables preguntas, aún sin formular, guardan el tesoro que una experiencia así puede ofrecernos.
Y lo haremos pedaleando. La bicicleta nos permite recorrer una gran cantidad de territorio a una velocidad muy humana, sin perder los matices que el paisaje natural/cultural nos ofrezca tras cada curva. Es un medio de transporte que te obliga a la sobriedad material e incluso espiritual, regalándonos multitud de horas para estar con nosotros mismos. Nos ofrece accesibilidad, cero emisiones, silencio… una puerta abierta a la reflexión y el autoconocimiento. Y una prueba de que es posible convivir, compartir y descubrir culturas sin ser una apisonadora de consumo.
Confiamos en que estas líneas sirvan para comprender el sentido de este viaje y, en la medida de lo posible, apoyarlo.
"La Higuera con ruedas" es una aventura en forma de cicloviaje realizado por dos personas durante 7 meses y 12 países de Asia, en régimen de bajo consumo. Los objetivos generales del proyecto son:
- Viajar de manera autosuficiente, rozando las "cero emisiones" y no formando parte de los circuitos masivos de turismo.
- Hacer ver que esta manera de viajar es más sostenible, tanto para el medio como para los habitantes del mismo.
- Acercarnos a velocidad humana a las diferentes culturas asiáticas.
- Cuestionar y aprender de los límites del consumo, tanto en nuestro cicloviaje como de las poblaciones que conozcamos.
En la era del "aquí y ahora" y los vuelos baratos, plantear el viaje como una experiencia vital con reducido impacto en el medio y sus habitantes nos pareció importante. Comprobar que es posible atravesar un continente sin perder los detalles de su clima, su fauna o sus gentes, y hacerlo con la calma que ofrece la bicicleta.
Somos amigos desde niños y llevamos desde que pudimos permitírsoslo viajando juntos. Tras recorrernos a pie y en bicicleta gran parte de los senderos del Parque Natural en el que vivimos, la Sierra de Aracena y Picos de Aroche, acumulamos salidas de media y alta montaña a lo largo de toda la península y otros rincones de Europa. Después de recorrer juntos en bicicleta el norte de Marruecos, hicimos en solitario diferentes itinerarios del Camino de Santiago y largas travesías por Europa. Entre los dos acumulamos diferentes conocimientos y experiencias vividas en condiciones adversas y territorios inhóspitos, que nos ayudarán en la ciclotravesía: desde las tierras húmedas escocesas a los pedregales de Gredos, pasando por la selva amazónica y el montañismo invernal.